En la actualidad nos encontramos en un periodo marcado por las transformaciones sociales.
Un claro caso es el de la organización familiar; cada vez nos encontramos con mayor diversidad de modelos familiares, ya sean familias monoparentales, divorciadas, restituidas…, con mayor inestabilidad en la unidad familiar, menor presencia de adultos, mujeres incorporadas al mundo laboral, hogares en las que resulta complicado conciliar la vida laboral y familiar, etc.
En cuanto a la escuela, podemos hacer referencia a los cambios que no se han producido a pesar de haber variado todo su entorno.
1. Cambios en la familia
Los cambios sociales han sido muy numerosos en estos últimos años y han dado lugar a una situación que afecta y por tanto modifica la vida familiar, entre los principales cambios podemos destacar los siguientes:
• A nivel familiar: fuerte descenso de la natalidad, liberalización de las relaciones sexuales, incremento de la fecundidad fuera del matrimonio, retraso en la edad del matrimonio, utilización de métodos anticonceptivos, retraso en la concepción, retraso en la independización, aumento de las uniones libres y de las rupturas y separaciones matrimoniales.
• En relación con la mentalidad: ruptura con la tradicional visión del género en relación con las responsabilidades familiares, conyugales y parentales, exaltación del deseo de libertad, individualismo, concepción del matrimonio como una especie de contrato que puede romperse con el divorcio.
El resultado de estos cambios es, como ya hemos dicho, el incremento de familias monoparentales, padres divorciados, familias restituidas (hijos que pasan con el padre/madre tan solo el fin de semana, hijos de diferentes padres, hermanos que no se conocen…). Los padres en muchas ocasiones intentan recompensar estas situaciones con actitudes de sobreprotección, y los hijos regularmente se revelan y los padres se sienten dominados por sus propios hijos. (Valvidia, 2008)
En los últimos años, la incorporación de la mujer al trabajo también ha supuesto cambios en la familia, sobre todo en lo que se refiere a la relación padres-hijos.
Los padres pasan mucho tiempo fuera de casa trabajando, y normalmente resulta complicado compaginar la vida laboral y familiar, ya que es difícil que los horarios no coincidan y les permita pasar tiempo juntos.
Esto supone una menor comunicación entre padres e hijos, y habitualmente, los padres, para llenar las agendas de sus hijos, y cubrir aquellos huecos en los que ellos no están presentes, apuntan a sus hijos a numerosas actividades extraescolares como inglés, pintura, fútbol, baloncesto… por no hablar del conservatorio, la catequesis y las clases de refuerzo para aquellas asignaturas en las que sus hijos flojean.
Esta situación no siempre es aconsejable para los niños, ya que se les está exigiendo mucho, y en el caso de que los resultados no sean los mejores pueden llegar a frustrarse.
No hay que olvidar, que desde siempre, el papel de los padres en la educación de los hijos ha sido fundamental; y disponer de tiempo libre en el que aburrirse también es bueno, ya que en esos momentos los niños utilizan su creatividad.
Podemos realizar numerosas clasificaciones de la familia. Hace unos años, Teléfono de la Esperanza, una entidad de voluntariado, pionera en la promoción de la salud emocional, realizaba en su revista A vivir una clasificación de los distintos tipos de familia, en la que establecía los siguientes:
Familias nucleares: compuestas por un hombre y una mujer unidos en matrimonio y sus hijos.
Familias nucleares simples: formadas por una pareja sin hijos.
Familias de cohabitación: pareja unida por lazos afectivos, pero sin el vínculo legal del matrimonio, también conocidas como parejas de hecho.
Hogares unipersonales: hogares formados por una sola persona, ésta puede ser soltera, separada, divorciada o viuda).
Familias monoparentales: familias formadas por un padre o una madre que no vive en pareja y que tiene como mínimo un hijo menor de 18 años.
Familias reconstituidas: personas que tras un divorcio ha rehecho su vida y ahora los hijos viven con la madrastra o padrastro.
Familias con hijos adoptivos: aquellas familias que han adoptado uno o más hijos. (Pueden ser cualquiera de los tipos anteriores.
Familias biparentales: formadas por parejas del mismo sexo (homosexuales).
Familias polinucleares: padres o madres, que aparte de atender económicamente su actual hogar, también debe hacerse cargo de algún hogar monoparental dejado tras el divorcio o la separación, o hijos tenidos fuera del matrimonio.
Familias extensas: aquellas familias que abarcan como mínimo tres generaciones, es decir, aquellas que están formadas por los abuelos, los tíos y los primos.
Familias extensas amplias o familias compuestas: integradas por una pareja o uno de los miembros de ésta, con uno o más hijos, y por otros miembros parientes y no parientes.
2. Cambios en la escuela
A pesar de los numerosos cambios que se han ido produciendo a lo largo de los últimos años, la escuela, es la institución en la que menos cambios se han producido, todo sigue “igual” que antes aunque en la sociedad hayan sucedido hechos que afectan a la escuela y su organización.
“Es necesario que nos planteemos qué funciones, es necesario que la escuela modifique, reestructure e incorpore para que pueda seguir siendo eficaz y eficiente en una misión que (…) rebasa ampliamente casi la única función para la que fue creada: instruir e informar.” (CEAPA, 2002)
La escuela debe adecuar sus funciones a las necesidades de los ciudadanos, por lo que debe evolucionar de forma paralela a la sociedad.
En el encuentro estatal de Albacete en 2003, se trataron los temas de los que estamos hablando, y consideraron que las principales funciones que la escuela debe desarrollar actualmente son:
• Función de custodia: como hemos dicho, la incorporación de la mujer al mundo laboral ha supuesto variaciones en la familia, antiguamente era la madre la encargada del cuidado de los hijos, pero en la actualidad, tanto el padre como la madre trabajan y en ocasiones no tienen con quién dejar a los niños.
Esta función sería útil en períodos de vacaciones, cuando padres y madres trabajan y los niños no tienen escuela.
• Función de socialización primaria: la “sustitución” de la familia extensa, por la familia monoparental, o por una familia nuclear en la que ambos trabajan ha supuesto que aquellos padres que pasan mucho tiempo fuera de casa lleven a sus hijos desde los primeros años al colegio o a guarderías.
Antes la escuela actuaba como complemento a la labor educativa de la familia, pero actualmente la falta de convivencia de padres e hijos, provoca que ciertos hábitos y valores que antes los niños adquirían en casa, ahora ya no los alcancen.
• De la función de instrucción e información a la función de crear conocimiento: antiguamente en la escuela se adquirían conocimientos básicos que tan solo te enseñaban allí, junto al aprendizaje de la lectura, escritura y el cálculo.
En la actualidad estamos recibiendo conocimientos nuevos constantemente, pero debemos aprender a entender y comprender el significado de las cosas, por lo que la escuela debe adquirir nuevas funciones como enseñar a los niños a desarrollar la capacidad de comprensión, y a organizar la información para darle sentido.
Estos tan solo son algunos ejemplos de las funciones que la escuela debería tener actualmente, pero si nos paramos a analizar detalladamente el modelo de la escuela, encontraríamos numerosas funciones más que modificar o añadir.
Como ya hemos mencionado, el papel de educar recae directamente sobre la familia y la escuela, y debido a los cambios ocurridos en la sociedad, cada vez la escuela, y por tanto los profesores, tienen un mayor papel en la educación.
Una de las medidas que se ha tomado a lo largo de los años, ha sido alargar la obligatoriedad de la escolaridad. Desde mi punto, que niños y niñas asistan desde los 6 a los 16 años a la escuela, es muy importante, ya que en la escuela se les está formando y se les está preparando para enfrentarse en un futuro a la vida.
El hecho de que antiguamente no todos los niños tuvieran acceso al colegio, hacía que los niveles de este fueran elevados, ya que eran pocos los que asistían, y en general aquellos que podían permitirse ir al colegio era porque sus padres también tenían una buena formación, a parte de una economía que le permitía costear los gastos, así como pagar a una persona para que reforzara sus conocimientos en el caso de que fuese necesario. Aquellos niños cuyos padres tenían un nivel económico inferior por lo general no acudían a la escuela, y al igual que sus padres, tenían los conocimientos justos.
En la actualidad, se ha hecho una reforma y se ha establecido que la escuela es obligatoria desde los 6 años hasta los 16, esto provoca que todos los niños asistan a clase, tanto los que quieren estudiar, como a los que no les gusta estudiar, aquellos que pertenecen a familias con un buen poder económico y aquellos que no tienen una buena economía en el hogar.
Esto situación frente a la anterior puede tener resultados más bajos por el simple hecho de que antiguamente asistía a la escuela quien de verdad quería aprender y tenía interés (y había personas que a pesar de querer asistir al colegio y formarse no se lo podían permitir), y en la actualidad asisten a la escuela todos los niños, aquellos que quieren estudiar y llegar lejos en la vida, y aquellos que en lugar de estar en la escuela preferirían estar ocupando un puesto de trabajo, por ello encontramos unos niveles más bajos.
3. Relación familia y escuela
Padres y profesores se deben implicar en la educación de los más pequeños.
Las principales características del sistema educativo que demandan los padres como el más idóneo para la formación de sus hijos (CEAPA, 2004):
• Un sistema educativo de calidad, que cuente con la financiación necesaria para poder cubrir tanto las necesidades materiales como las profesionales que necesitan los niños.
• Un sistema educativo competente a nivel europeo, en cuanto a preparación y capacitación técnica de los alumnos y con bajo porcentaje de fracaso escolar.
• Escuelas que preparen a sus hijos para el futuro laboral y que ofrezcan un puesto de trabajo.
• Escuelas en las que se lleve a cabo un verdadero trabajo en equipo entre el profesorado y en las que haya un seguimiento individualizado de los alumnos, de modo que queden cubiertas todas y cada una de las distintas necesidades de los alumnos.
• Escuelas en cuyos currículos tengan como objetivo formar a los alumnos como ciudadanos cultos y críticos.
• Escuelas con procesos de enseñanza innovadores, participativos e integrales, que rompan con las metodologías tradicionales, las cuales consideran demasiado mecánicas y uniformes.
• Calidad educativa.
• Profesores bien formados.
• Sistema escolar flexible en su estructura y organización.
En cuanto a los profesores, ser profesor implica una labor técnica (docente) y una vocación personal (educador).
Además de formar y educar, orientar y enseñar reclaman una preparación continua y profunda. De ahí que la tarea educativa sea a la vez sencilla y compleja; idéntica y nueva; hecha de conocimientos objetivos y de atención personal al sujeto que los recibe;… En educación, a la vez que se enseña se tiene que transmitir valores y comunicar ideales que no tienen evidencia directa con sólo ser enunciados, sino que la adquieren en la medida en que se la confiere quien los propone. (Hernández Prados, López Lorca, 2006)
A finales del siglo XIX la escuela se convierte en un contexto de desarrollo de la infancia y adquiere pleno sentido plantearse el tema de las relaciones entre familia y escuela, ya que supone una elevación en el nivel de rendimiento escolar, el desarrollo de actitudes y comportamientos positivos.
Además el hecho de que exista una buena relación entre ambas supone que los padres desarrollen actitudes positivas hacia el centro y hacia el profesorado e incrementen su disposición a participar, y los profesores adquieren mayor motivación por sus actividades y mantienen una mayor relación con los alumnos, lo que repercute en el rendimiento de estos para mejor.
Podemos concluir, que desde hace años hasta ahora, tanto la escuela como la familia, principalmente el padre y la madre, han sido y son los pilares básicos de la educación, y la unión de estos, la buena relación entre ambos y la cooperación se puede ver reflejada en los resultados de los niños.
Debemos estar atentos al periodo en el que nos encontramos, caracterizado por continuos cambios en la sociedad, y debemos estar dispuestos a modificar todo aquello que sea necesario, con tal de responder siempre de la manera más adecuada y eficaz posible.
Bibliografía
• Hernádez, Mª. A., y López, H. (2006). Análisis del enfoque actual de la cooperación padres y escuela. Aula Abierta.
• Valvidia, C. (2008). La familia: concepto, cambios y nuevos modelos.
• CEAPA. (2003). Funciones de la escuela y tiempos escolares en el nuevo escenario social.
Un claro caso es el de la organización familiar; cada vez nos encontramos con mayor diversidad de modelos familiares, ya sean familias monoparentales, divorciadas, restituidas…, con mayor inestabilidad en la unidad familiar, menor presencia de adultos, mujeres incorporadas al mundo laboral, hogares en las que resulta complicado conciliar la vida laboral y familiar, etc.
En cuanto a la escuela, podemos hacer referencia a los cambios que no se han producido a pesar de haber variado todo su entorno.
1. Cambios en la familia
Los cambios sociales han sido muy numerosos en estos últimos años y han dado lugar a una situación que afecta y por tanto modifica la vida familiar, entre los principales cambios podemos destacar los siguientes:
• A nivel familiar: fuerte descenso de la natalidad, liberalización de las relaciones sexuales, incremento de la fecundidad fuera del matrimonio, retraso en la edad del matrimonio, utilización de métodos anticonceptivos, retraso en la concepción, retraso en la independización, aumento de las uniones libres y de las rupturas y separaciones matrimoniales.
• En relación con la mentalidad: ruptura con la tradicional visión del género en relación con las responsabilidades familiares, conyugales y parentales, exaltación del deseo de libertad, individualismo, concepción del matrimonio como una especie de contrato que puede romperse con el divorcio.
El resultado de estos cambios es, como ya hemos dicho, el incremento de familias monoparentales, padres divorciados, familias restituidas (hijos que pasan con el padre/madre tan solo el fin de semana, hijos de diferentes padres, hermanos que no se conocen…). Los padres en muchas ocasiones intentan recompensar estas situaciones con actitudes de sobreprotección, y los hijos regularmente se revelan y los padres se sienten dominados por sus propios hijos. (Valvidia, 2008)
En los últimos años, la incorporación de la mujer al trabajo también ha supuesto cambios en la familia, sobre todo en lo que se refiere a la relación padres-hijos.
Los padres pasan mucho tiempo fuera de casa trabajando, y normalmente resulta complicado compaginar la vida laboral y familiar, ya que es difícil que los horarios no coincidan y les permita pasar tiempo juntos.
Esto supone una menor comunicación entre padres e hijos, y habitualmente, los padres, para llenar las agendas de sus hijos, y cubrir aquellos huecos en los que ellos no están presentes, apuntan a sus hijos a numerosas actividades extraescolares como inglés, pintura, fútbol, baloncesto… por no hablar del conservatorio, la catequesis y las clases de refuerzo para aquellas asignaturas en las que sus hijos flojean.
Esta situación no siempre es aconsejable para los niños, ya que se les está exigiendo mucho, y en el caso de que los resultados no sean los mejores pueden llegar a frustrarse.
No hay que olvidar, que desde siempre, el papel de los padres en la educación de los hijos ha sido fundamental; y disponer de tiempo libre en el que aburrirse también es bueno, ya que en esos momentos los niños utilizan su creatividad.
Podemos realizar numerosas clasificaciones de la familia. Hace unos años, Teléfono de la Esperanza, una entidad de voluntariado, pionera en la promoción de la salud emocional, realizaba en su revista A vivir una clasificación de los distintos tipos de familia, en la que establecía los siguientes:
Familias nucleares: compuestas por un hombre y una mujer unidos en matrimonio y sus hijos.
Familias nucleares simples: formadas por una pareja sin hijos.
Familias de cohabitación: pareja unida por lazos afectivos, pero sin el vínculo legal del matrimonio, también conocidas como parejas de hecho.
Hogares unipersonales: hogares formados por una sola persona, ésta puede ser soltera, separada, divorciada o viuda).
Familias monoparentales: familias formadas por un padre o una madre que no vive en pareja y que tiene como mínimo un hijo menor de 18 años.
Familias reconstituidas: personas que tras un divorcio ha rehecho su vida y ahora los hijos viven con la madrastra o padrastro.
Familias con hijos adoptivos: aquellas familias que han adoptado uno o más hijos. (Pueden ser cualquiera de los tipos anteriores.
Familias biparentales: formadas por parejas del mismo sexo (homosexuales).
Familias polinucleares: padres o madres, que aparte de atender económicamente su actual hogar, también debe hacerse cargo de algún hogar monoparental dejado tras el divorcio o la separación, o hijos tenidos fuera del matrimonio.
Familias extensas: aquellas familias que abarcan como mínimo tres generaciones, es decir, aquellas que están formadas por los abuelos, los tíos y los primos.
Familias extensas amplias o familias compuestas: integradas por una pareja o uno de los miembros de ésta, con uno o más hijos, y por otros miembros parientes y no parientes.
2. Cambios en la escuela
A pesar de los numerosos cambios que se han ido produciendo a lo largo de los últimos años, la escuela, es la institución en la que menos cambios se han producido, todo sigue “igual” que antes aunque en la sociedad hayan sucedido hechos que afectan a la escuela y su organización.
“Es necesario que nos planteemos qué funciones, es necesario que la escuela modifique, reestructure e incorpore para que pueda seguir siendo eficaz y eficiente en una misión que (…) rebasa ampliamente casi la única función para la que fue creada: instruir e informar.” (CEAPA, 2002)
La escuela debe adecuar sus funciones a las necesidades de los ciudadanos, por lo que debe evolucionar de forma paralela a la sociedad.
En el encuentro estatal de Albacete en 2003, se trataron los temas de los que estamos hablando, y consideraron que las principales funciones que la escuela debe desarrollar actualmente son:
• Función de custodia: como hemos dicho, la incorporación de la mujer al mundo laboral ha supuesto variaciones en la familia, antiguamente era la madre la encargada del cuidado de los hijos, pero en la actualidad, tanto el padre como la madre trabajan y en ocasiones no tienen con quién dejar a los niños.
Esta función sería útil en períodos de vacaciones, cuando padres y madres trabajan y los niños no tienen escuela.
• Función de socialización primaria: la “sustitución” de la familia extensa, por la familia monoparental, o por una familia nuclear en la que ambos trabajan ha supuesto que aquellos padres que pasan mucho tiempo fuera de casa lleven a sus hijos desde los primeros años al colegio o a guarderías.
Antes la escuela actuaba como complemento a la labor educativa de la familia, pero actualmente la falta de convivencia de padres e hijos, provoca que ciertos hábitos y valores que antes los niños adquirían en casa, ahora ya no los alcancen.
• De la función de instrucción e información a la función de crear conocimiento: antiguamente en la escuela se adquirían conocimientos básicos que tan solo te enseñaban allí, junto al aprendizaje de la lectura, escritura y el cálculo.
En la actualidad estamos recibiendo conocimientos nuevos constantemente, pero debemos aprender a entender y comprender el significado de las cosas, por lo que la escuela debe adquirir nuevas funciones como enseñar a los niños a desarrollar la capacidad de comprensión, y a organizar la información para darle sentido.
Estos tan solo son algunos ejemplos de las funciones que la escuela debería tener actualmente, pero si nos paramos a analizar detalladamente el modelo de la escuela, encontraríamos numerosas funciones más que modificar o añadir.
Como ya hemos mencionado, el papel de educar recae directamente sobre la familia y la escuela, y debido a los cambios ocurridos en la sociedad, cada vez la escuela, y por tanto los profesores, tienen un mayor papel en la educación.
Una de las medidas que se ha tomado a lo largo de los años, ha sido alargar la obligatoriedad de la escolaridad. Desde mi punto, que niños y niñas asistan desde los 6 a los 16 años a la escuela, es muy importante, ya que en la escuela se les está formando y se les está preparando para enfrentarse en un futuro a la vida.
El hecho de que antiguamente no todos los niños tuvieran acceso al colegio, hacía que los niveles de este fueran elevados, ya que eran pocos los que asistían, y en general aquellos que podían permitirse ir al colegio era porque sus padres también tenían una buena formación, a parte de una economía que le permitía costear los gastos, así como pagar a una persona para que reforzara sus conocimientos en el caso de que fuese necesario. Aquellos niños cuyos padres tenían un nivel económico inferior por lo general no acudían a la escuela, y al igual que sus padres, tenían los conocimientos justos.
En la actualidad, se ha hecho una reforma y se ha establecido que la escuela es obligatoria desde los 6 años hasta los 16, esto provoca que todos los niños asistan a clase, tanto los que quieren estudiar, como a los que no les gusta estudiar, aquellos que pertenecen a familias con un buen poder económico y aquellos que no tienen una buena economía en el hogar.
Esto situación frente a la anterior puede tener resultados más bajos por el simple hecho de que antiguamente asistía a la escuela quien de verdad quería aprender y tenía interés (y había personas que a pesar de querer asistir al colegio y formarse no se lo podían permitir), y en la actualidad asisten a la escuela todos los niños, aquellos que quieren estudiar y llegar lejos en la vida, y aquellos que en lugar de estar en la escuela preferirían estar ocupando un puesto de trabajo, por ello encontramos unos niveles más bajos.
3. Relación familia y escuela
Padres y profesores se deben implicar en la educación de los más pequeños.
Las principales características del sistema educativo que demandan los padres como el más idóneo para la formación de sus hijos (CEAPA, 2004):
• Un sistema educativo de calidad, que cuente con la financiación necesaria para poder cubrir tanto las necesidades materiales como las profesionales que necesitan los niños.
• Un sistema educativo competente a nivel europeo, en cuanto a preparación y capacitación técnica de los alumnos y con bajo porcentaje de fracaso escolar.
• Escuelas que preparen a sus hijos para el futuro laboral y que ofrezcan un puesto de trabajo.
• Escuelas en las que se lleve a cabo un verdadero trabajo en equipo entre el profesorado y en las que haya un seguimiento individualizado de los alumnos, de modo que queden cubiertas todas y cada una de las distintas necesidades de los alumnos.
• Escuelas en cuyos currículos tengan como objetivo formar a los alumnos como ciudadanos cultos y críticos.
• Escuelas con procesos de enseñanza innovadores, participativos e integrales, que rompan con las metodologías tradicionales, las cuales consideran demasiado mecánicas y uniformes.
• Calidad educativa.
• Profesores bien formados.
• Sistema escolar flexible en su estructura y organización.
En cuanto a los profesores, ser profesor implica una labor técnica (docente) y una vocación personal (educador).
Además de formar y educar, orientar y enseñar reclaman una preparación continua y profunda. De ahí que la tarea educativa sea a la vez sencilla y compleja; idéntica y nueva; hecha de conocimientos objetivos y de atención personal al sujeto que los recibe;… En educación, a la vez que se enseña se tiene que transmitir valores y comunicar ideales que no tienen evidencia directa con sólo ser enunciados, sino que la adquieren en la medida en que se la confiere quien los propone. (Hernández Prados, López Lorca, 2006)
A finales del siglo XIX la escuela se convierte en un contexto de desarrollo de la infancia y adquiere pleno sentido plantearse el tema de las relaciones entre familia y escuela, ya que supone una elevación en el nivel de rendimiento escolar, el desarrollo de actitudes y comportamientos positivos.
Además el hecho de que exista una buena relación entre ambas supone que los padres desarrollen actitudes positivas hacia el centro y hacia el profesorado e incrementen su disposición a participar, y los profesores adquieren mayor motivación por sus actividades y mantienen una mayor relación con los alumnos, lo que repercute en el rendimiento de estos para mejor.
Podemos concluir, que desde hace años hasta ahora, tanto la escuela como la familia, principalmente el padre y la madre, han sido y son los pilares básicos de la educación, y la unión de estos, la buena relación entre ambos y la cooperación se puede ver reflejada en los resultados de los niños.
Debemos estar atentos al periodo en el que nos encontramos, caracterizado por continuos cambios en la sociedad, y debemos estar dispuestos a modificar todo aquello que sea necesario, con tal de responder siempre de la manera más adecuada y eficaz posible.
Bibliografía
• Hernádez, Mª. A., y López, H. (2006). Análisis del enfoque actual de la cooperación padres y escuela. Aula Abierta.
• Valvidia, C. (2008). La familia: concepto, cambios y nuevos modelos.
• CEAPA. (2003). Funciones de la escuela y tiempos escolares en el nuevo escenario social.